El gobierno de Santos ha duplicado sus esfuerzos en hacer creer al país que su nueva ley de educación superior (reforma a la Ley 30) será la solución definitiva a los problemas de las universidades, fruto de ello fue han sido los recientes anuncios ante los medios de comunicación: 1. La supuesta retirada del “ánimo de lucro” de la nueva ley de educación superior, que aunque fuere cierto no implica que no se avance en el marchitamiento, privatización y mercantilización de la universidad colombiana; el “ánimo de lucro” es uno de los muchos medios para llegar a la meta anhelada por Santos, entregar la educación al sector financiero, recordemos que en países como Chile y Corea del Sur, incluso en Colombia, está prohibido el ánimo de lucro pero solo en el papel, las multinacionales de la educación hacen mil maromas para sacar jugosas ganancias en cada uno de sus negocios, una prueba de ello es que la Whitney International University System (WIUS), multinacional del sector educativo, ya tiene su propia franquicia en el país desde el año 2006, la Institución Universitaria Politécnico Grancolombiano (IUPG) de Bogotá, esta franquicia reporta impresionantes rendimientos financieros según una investigación realizada por el Profesor Francisco Piedrahita, Rector de la Universidad ICESI. La reforma a la Ley 30 continua por el oscuro camino de la privatización.